La comunicación es una producción social de sentido, no es algo que se define desde un único lugar, sino que es una producción colectiva, que implica circulación, producción y acumulación de formas simbólicas. Pero la comunicación es algo dinámico y en constante cambio, esto significa que el receptor recibe, se apropia y resignifica tal mensaje.
De esta forma los medios de educación serán espacios de legitimación de las enseñanzas, de la sociedad en la que nos desenvolvemos, se replicará en las aulas. Así al comunicar formas simbólicas en un aula, damos sentido a la acción de las otras dimensiones de poder existentes (político, económico, coercitivo)
Pero lo que se nos comunica es, como plantea Martín Barbero, un mito, no existe objetividad en lo que se nos enseña, ni neutralidad, no existe una relación de transparencia entre los emisores y receptores.
La educación no está exenta de los procesos de mediatización de la cultura, si pensamos a la educación como una manera de replicar la cultura, es innegable la conexión entre ellos.
Las transformaciones constantes de los significados a medida que los medios se redefinen, la circulación de formas simbólicas y la reproducción de los mismos fomenta que todos estemos íntimamente relacionados con los medios.
La mediatización es un proceso por el cual nosotros pensamos la incorporación de las tecnologías de comunicación en la organización de las sociedades modernas.
Nos permite ver cómo se han ido transformando las formas de acción e interacción de los hombres entre sí y los hombres con el mundo.
De esta manera planteamos los medios no como instrumentos sino que por ejemplo como plantea María Cristina Mata: Los medios de comunicación adquieren materialidad institucional y espesor cultural, de esta manera se transforman en parte del entramado cultural de las sociedades.
Y como dice Raymond Williams: Los medios son instituciones sociales debido a que las tecnologías se han insertado de una manera tal en las sociedades modernas que han desplegado en torno a esas tecnologías un conjunto de saberes que se aprenden culturalmente y que le dan cierto sentido al uso que las sociedades hacen de esas tecnologías. Por ejemplo: la televisión incide nuestra vida cotidiana, desde las costumbres cotidianas hasta la forma de interpretar lo que pasa en el mundo a través de una pantalla.
Definiremos además a la comunicación mediática como un proceso de producción, circulación y consumo de formas simbólicas que se da en un contexto social determinado, en este caso el periodo de educación formal que se da en las instituciones establecidas.
Los medios, la educación, tienen como función principal la de narrar el mundo, este mundo está, como dice Omar Rincón, habitado por la fragmentación y son los medios de comunicación los que devuelven la unidad a ese mundo en la capacidad de narrar.
De esta manera la mediatización de la cultura es un proceso que nos ayuda a pensar la globalización de la comunicación, el capitalismo puso al servicio de este proceso de expansión de la cultura el conocimiento científico para producir nuevas tecnologías de comunicación que profundizaron esa expansión y modernizaron a las sociedades modernas.
Así, cuando hay sociedades que se mediatizan, decimos que son sociedades que se modernizan porque no hay mediatización sin desarrollo tecnológico sin constitución de nuevos medios de comunicación, pero los medios de comunicación no tienen como fin el desarrollo, son situaciones relacionadas, los avances tecnológicos, son característicos en una sociedad moderna y por ende la mediatización es una consecuencia de ese desarrollo. Y en este papel de modernizar (al agregar avances técnicos vinculados a las nuevas tecnologías de comunicación) es indudable que la educación juega un rol importante.
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